La mayoría de las religiones que conocemos poseen un elemento en común: la revelación de Dios. Esto quiere decir que en algún momento Dios -sin importar el modo que entendemos lo que esta palabra significa- se presentó en nuestro mundo y “dijo” o “hizo” algo que modificó la historia. El judaísmo al igual que las demás religiones no está excepto de este elemento común. Dios se reveló también para la tradición judía. Pero la pregunta que desvela a los judíos no es si Dios se reveló o no en la tierra sino qué reveló y cómo lo hizo. Responder estas preguntas no sólo tiene como objetivo recuperar con precisión qué fue lo que realmente sucedió hace miles de años sino en esencia preguntarnos sobre la naturaleza del mismo Dios.
Las respuestas que la tradición judía ha ofrecido nos sugiere diversas imágenes o metáforas para intentar responder esta difícil pregunta. Además el intento por responder estas preguntas tiene como objetivo “ganar la competencia” sobre la Verdad religiosa. ¿Dios se reveló solamente una vez al pueblo de Israel en Sinaí? ¿O acaso volvió a revelarse en la voz de Jesús y posteriormente de Mahoma? ¿Por qué aceptamos una sola de estas revelaciones y no las otras? Intentar responder estas preguntas con claridad también desvela a muchos judíos. ¿La respuesta es simplemente “porque si”? Si aceptamos que Dios pudo revelarse en la tierra una vez, ¿por qué motivo asumimos que no podría volver a hacerlo?
Los judíos tenemos una clara respuesta a esta pregunta: en nuestra tradición Dios se reveló una única vez y en esa única vez entregó la Tora. Punto. Si alguien se atreve a dudar de esto lo que hacemos es, al igual que hacen los niños, taparnos las orejas y gritar para no escuchar más este tipo de preguntas que como enseña nuestra tradición “no son para el bien” sino para intentar desarmar y destruir nuestra fe. Si bien consideramos que estas preguntas no ayudan sino que oscurecen y confunden deberíamos en algún momento hacerlas para justamente poder responderlas y crecer en los contra argumentos. Es muy simple leer siempre material que nos dice lo mismo una y otra vez. El verdadero desafío es tener la capacidad de mostrar cuál es la pregunta o duda e intentar responderla. Pero nuestra tradición nos ha enseñado que Dios no volvió a revelarse y que la Tora que tenemos es la única Verdad revelada. Todo lo demás es mentira o falso. No hubo más revelaciones ni tampoco nuevos textos que representan la voz de Dios. Esa es la tradición judía. Tómala o déjala.
Como pueden imaginar no todos los seres humanos están de acuerdo con este enunciado. Más interesante resulta la idea que para algunos judíos esto tampoco responde del todo qué se revelo, cuánto se reveló o incluso cómo sucedió. La pregunta es ¿cuál fue el “contenido” preciso que Dios reveló a nuestros antepasados? Si bien lo que se reveló fue la Tora (literalmente “Instrucción) es importante remarcar que la palabra Tora es entendida de formas diferentes en nuestra tradición. Tora puede referirse a:
- Los primeros 5 Libros de la Biblia, es decir los rollos que son leídos en las Sinagogas y que también llamamos jumash o pentateuco (dos palabras que se refieren a “los 5”)
- El TaNaJ o lo que los Cristianos llaman “Antiguo Testamento” y los académicos Biblia Hebrea. Es decir los Libros que van del Génesis hasta Crónicas II.
- Tora también puede referirse al TaNaJ más todo el material escrito por los primeros Rabinos y sus interpretaciones que emergen en el Talmud (es decir lo desarrollado en la tradición judía desde el siglo I al siglo VII de la Era Común)
- E incluso y más complejo de entender, ¡Tora también puede hacer referencia a la continua interpretación de todo este material hasta este exacto momento!
Sea como sea que elijamos entender esta palabra y su significado, esta claro que la Tora es el complejo conjunto de doctrinas, historias, cuentos, narrativas, interpretaciones, plegarias y códigos legales de la tradición judía. La Tora es la Constitución distintiva del pueblo judío. Y ahora que sabemos todo esto ¿qué hacemos? ¿Aceptamos su contenido ciegamente en forma eterna? ¿Cuán libres estamos de interpretar y relacionarnos con todos estos textos? Las respuestas a estas últimas preguntas son en esencia uno de los factores determinantes que caracterizan la estructura comunitaria judía hoy en día desde lo que llamamos “Ultra-Ortodoxia” hacia el “Reformismo” y todo lo que se encuentra entre medio de estas posturas.
Un buen lugar para continuar este debate quizá sea en otra publicación de este blog: ¿Qué escribió Moisés y cuándo lo hizo? Elogio a la incertidumbre
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