En nuestra publicación anterior cuestionamos la omnipotencia de Dios, es decir la idea que Dios tiene el control absoluto de todo lo que ocurrió-ocurre-y-ocurrirá en la historia. En dicha publicación los invité a reflexionar sobre las preguntas difíciles como “por qué Dios creo el Cáncer” o “por qué Dios asesina miles de inocentes en terremotos y tsunamis” y les conté que una posible respuesta creada por muchos pensadores judíos modernos es la de atreverse a limitar este supuesto control absoluto que Dios tiene. Pero limitar el control u omnipotencia de Dios no significa negar a Dios.
Si bien para muchos judíos (¡y no judíos también!) esta idea resulta una herejía, algo impensado o absolutamente absurdo, no dejo de sorprenderme ante la cantidad de gente que llega a JudiosyJudaismo.com buscando frases como “respuestas judías al holocausto”, “Dios y el holocausto”, “Auschwitz y la presencia de Dios” o incluso anteayer alguien busco “como explican los judios el Holocausto” llegando así hasta la publicación Respuestas Judías al Holocausto Nazi que publiqué hace más de un año.
Creo ahora que es una buena oportunidad para tratar de tejer las ideas de Omnipotencia y Holocausto y ofrecerles una respuesta posible ante lo incomprensible e inexplicable que fue este evento en la historia judía.
El dilema en el que estamos atrapados con este tema se presenta con las siguientes afirmaciones:
- Dios es justo y bueno (es decir que Dios se lleva sólo a los malvados).
- Dios es Omnipotente (es decir que Dios tiene el control absoluto y eligió que suceda el Holocausto).
- Las víctimas del Holocausto no fueron culpables (es decir ninguna de estas personas merecía morir).
No podemos aceptar las tres afirmaciones simultáneamente porque no tienen sentido. De hecho éste es el problema con el cual la gente choca al querer entender o racionalizar lo sucedido.
Lamentablemente ciertos círculos y movimientos judíos rechazan la tercer afirmación y se adscriben a la idea que el Holocausto fue un castigo de Dios por los pecados de la Emancipación, el Iluminismo, el Sionismo, el judaísmo Reformista o en términos generales el impulso judío por asimilarse en el mundo moderno. Yo mismo he escuchado a un historiador declarar que “el Holocausto fue un mensaje para que los judíos volvamos a estudiar la Tora y retornemos a las prácticas judías”. Declarar ideas como éstas demuestra la inmensa mediocridad y obscenidad que algunos judíos pueden tener incluso cuando supuestamente han pasado horas estudiando su tradición. De hecho muchos judíos que hoy tildaríamos de Súper-Ultra-Ortodoxos fueron tristemente asesinados por los Nazis junto a aquellos otros judíos que ni siquiera practicaban el judaísmo. Además querer justificar que las víctimas del Holocausto fueron culpables es tener la arrogancia de decir que uno entiende por qué Dios hace lo que hace o peor aún creer que gracias a Dios ¡Hitler nos ayudó porque nos hizo retornar a la Tora! ¿Se dan cuenta lo absurdo que suena todo esto?
Si creemos que realmente las víctimas del Holocausto no fueron culpables entonces nos quedan las dos otras afirmaciones: Dios es justo y Dios es Omnipotente (las cuales no tendrían sentido frente al Holocausto y las tragedias en las que muere gente inocente). La estrategia más simple para seguir es declarar que el Holocausto no fue una obra de Dios sino de los seres humanos. Si Dios nos creó libres, Dios mismo tiene que aceptar que los humanos nos tratamos los unos a los otros muchas veces en forma horrenda. De hecho muchos pensadores hacen este giro y “liberan” a Dios del problema para convertirlo en un problema netamente humano. Así el problema ya no es por qué Dios hace lo que hace sino por qué los seres humanos hacemos lo que hacemos. El problema así deja de ser teológico y se convierte en sociológico, antropológico, político o incluso psicológico. Los asesinos del Holocausto eran hombres libres actuando libremente. Según la tradición judía esta justificación “serviría” porque justamente Dios nos ha dado el libre albedrío.
Pero ¿cómo respondemos frente a las enfermedades congénitas y terminales o los terremotos y tsunamis en los que mueren miles de inocentes criaturas, entre otras tragedias?
Una de las más extraordinarias respuestas a este debate ha sido formulada por el Rabino Ortodoxo Irving Greenberg quien declaró que el lenguaje de la modernidad nos ha dado la conciencia de aquello que podríamos llamar “momentos”. “Momentos” en los que nuestras metáforas de lo que Dios es y hace se proyectan y coinciden con nuestra fe y realidad y “momentos” en los que lo que creemos que Dios es no es y la fe resulta imposible. Lo más importante es que ambos “momentos” son verdad. Ninguno de los dos es verdadero mientras que el otro es falso. Ambos “momentos” viven en constante tensión del mismo modo que lo hace la fe y el ateísmo.
Lo que es esencialmente moderno en esta respuesta es la conciencia que la falta de fe o creencia representa tan solo un “momento” o “momentos“ de nuestra vida. Tan pasajeros como el “momento” mismo. Aceptar esta idea del “momento” hace legítima la posibilidad de plantear de alguna manera la convivencia de Dios y el Holocausto. Lo que hemos hecho en definitiva con esta teoría es forjar una nueva metáfora, imagen o idea de Dios que refleja nuestra fragmentada experiencia. Dios es un “momento” para nosotros porque nosotros mismos somos “momentos” no eternos que depositan metáforas en aquello que llamamos “Dios”. Así por “momentos” experimentamos la presencia absoluta de Dios en la Tierra y por “momentos” también experimentamos Su ausencia. Por “momentos” percibimos a Dios como bueno y justo y por “momentos” no.
Apasionante e inteligente articulo.-Debo confesar que en mi caso no son stricto sensu–«momentos»,,ya que camino todo lo que voy pudiendo–en la esperanza de que cada día logre yo caminar mas eficazmente–hacia la TIERRA PROMETIDA INTERIOR Y la Comunitaria–que van juntas..—Riego mi EMUNA.—Y soy afortunada con ello.-D-os es….mi unica respuesta absoluta ,,mi GRAN AMOR y aun en momentos dificiles me enojo con El pero percibo que esta conmigo constantemente–lo siento asi.-EL SANTO BENDITO SEA TIENE SUS MOTIVOS.-Espero haber logrado explicarme….para que puedas comprenderme Diego querido.-Gracias por tu extraordinario artículo–por todos–pues los devoro-fea palabra—pero no encuentro otra.-Shana Tova Umetukah!!!!!!!!!!!!!!!!!!!.-Beatriz de Buenos Aires.-
Cuando era adolescente concluí que solo existían momentos felices no la felicidad. Declaraba esto una y otra vez y más tarde comencé a declarar que Dios no existía. La comida deja de ser un momento cuando dejas de tener hambre. No por eso la vas olvidar para siempre. Las victorias nos pueden recordar a Dios pero las derrotas pudiera ser que no tanto. En Viaje a Marte, un científico se queda en el planeta porque siente que su misión predestinada es completar el adn de un ser que lo necesita. Dios nos completa. Hay un enorme sentido de pertenencia cuando logramos incorporarlo a nuestra vida porque siempre lo ha estado pero por momentos no lo tomamos en cuenta.