Escribí hace unas semanas sobre la omnipotencia de Dios desde la perspectiva tradicional judía. En resumidas palabras nos referimos a la noción que Dios tiene el control absoluto de Todo lo que sucedió, sucede y sucederá en la historia del Universo. Dios no depende de nada ni de nadie. No tiene genealogía ni descendencia. La omnipotencia de Dios es simplemente la idea que lo bueno y lo malo, lo caótico y lo ordenado es esencialmente Una Unidad Indivisible.
Si bien esta idea está completamente arraigada en la tradición judía y en la vida religiosa de muchas personas no-judías también, algunos pensadores judíos de la Modernidad han sugerido que deberíamos repensar la idea que Dios es omnipotente. Si bien a simple vista esta postura parece atrevida o incluso absurda (probablemente algunos ni siquiera permiten que una idea así se consolide en la mente), cuestionar la omnipotencia de Dios puede servir como catalizador para responder algunas preguntas difíciles.
Solo piensen cómo responderían a la pregunta ¿por qué Dios creó el Cáncer o el SIDA? Ante una pregunta filosa como esta, un Rabino como Mordecai Kaplan probablemente respondería que Dios no creó el Cáncer o el SIDA sino que Dios está siempre ayudándonos para hacer del mundo un lugar mejor pero el mundo no puede convertirse instantáneamente en lo que Dios espera. Por ese motivo Dios creó la “motivación” para que los doctores traten de descubrir una cura; creó también la “tecnología” para que los laboratorios mejoren sus investigaciones y creó el “amor” para que los familiares, amigos y la comunidad acompañen al que está sufriendo. En otras palabras no deberíamos sentir que Dios no nos quiere y nos manda enfermedades sino sentir que Dios nos ayuda de formas distintas. Si Dios no está dándote hoy todo lo que le pedís, eventualmente encontrará otra forma para que puedas disfrutar de la vida.
Este tipo de pensamiento implica la idea que Dios es una Fuerza Positiva que inyecta “salvación” en las formas de creatividad, amor y motivación. Pero el mundo incluye también otras Fuerzas que Dios no controla como ser las enfermedades congénitas y terminales o los terremotos y tsunamis en los que mueren miles de inocentes criaturas, entre otras tragedias. Esta idea de dos Fuerzas podría fácilmente llevarnos al dualismo o a la idea que hay dos dioses peleando por el control del Universo. Sin embargo Kaplan rechaza esta noción argumentando que Dios es Uno que combate ese otro poder con el objetivo de eventualmente restaurarlo a su control o erradicarlo. Pero a Dios le lleva un tiempo poder hacer esto y por eso el mundo no puede convertirse instantáneamente en lo que Dios espera. Noten qué idea tan judía es ésta en la que Kaplan limita la omnipotencia de Dios pero se niega por todos los medios a culpar o negar a Dios. Kaplan cree que a veces sufrimos sin razón de ser y que de todos modos Dios es por definición justo y amoroso. O dicho al revés Dios nos ama y es justo a pesar que a veces nos pasan cosas que consideramos malas. Pero Dios no es omnipotente según Kaplan.
Entonces nos queda una elección: ¿Dios es un Ser Todopoderoso que controla nuestro destino, determina nuestra suerte en forma misteriosa y demanda que aceptemos su decreto sin cuestionamientos? ¿O acaso Dios es un Ser limitado que se enoja y llora por el sufrimiento humano pero es incapaz de eliminarlo?
¿Que respuesta elegirían ustedes?
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