En Pesaj recordamos no solo la salida de Egipto sino particularmente el sacrificio animal que se ofrecía cuando el Templo funcionaba en Jerusalem. A su vez, en el libro de Vaikra (o Levítico) de la Tora se nos describe el detallado sistema de sacrificios animales que se hacían en el Templo en Jerusalem y este libro es justamente leído en esta etapa del año que coincide con Pesaj. En otras palabras Pesaj y Vaikra se enfocan en el tema de los sacrificios animales que eran ofrecidos a Dios. Pero curiosamente estos sacrificios animales han estado prohibidos por los últimos 2000 años de la historia judía. Sacrificar animales no es lo que mis bisabuelos ni tatarabuelos hacían ni llamaban “tradición judía”.
Cuando el Templo en Jerusalem fue destruido y ya no se podían hacer mas sacrificios de animales lo que tuvimos que hacer para seguir adelante fue re-inventar lo que hasta ese momento llamábamos “tradición”. A partir de ese día dejamos de ser el tipo de personas que habíamos sido por cientos de años y tuvimos que enfrentarnos por primera vez en nuestras vidas con una pregunta que había sido impensada: ¿qué hacemos si destruyen el Templo de Dios Todopoderoso?
Y cuando me pregunto honestamente «¿por qué es esta noche diferente de todas las otras noches?» la respuesta que se me viene a la cabeza es que en esta noche me recuerdo una y otra vez lo que significa tener que cambiar todo lo que venía haciendo y todo lo que creía que era “mi vida”, “mi historia”, “mi tradición” y “lo que yo soy” para liberarme de mis faraones convirtiéndome así en una nueva persona. Un hombre libre.
La mayoría de la gente cree que la religión es algo que se mantiene siempre igual y no cambia. Todo aquello que no cambia esta muerto. La única manera de continuar viviendo es cambiando. Lo único constante es el cambio.
Los judíos nos hemos re-inventado a nosotros mismos una y otra vez. Nos hemos re-inventado en nuevos territorios, en nuevos idiomas, en diferentes condiciones sociales y por nuevas razones. Hace unos días volví de Shanghai donde un grupo de 20,000 judíos que escapaban de las persecuciones Nazis tuvieron que re-inventarse en un nuevo territorio totalmente opuesto a lo que habían conocido hasta entonces y no solo sobrevivieron sino que prosperaron fundado sinagogas, colegios, negocios, arte y hasta un diario. Pero lo más hermoso de esta historia es que lograron entablar relaciones con los locales encontrando lo común humano que trasciende incluso tradiciones diametralmente opuestas.
El país Israel es una continuidad de lo que siempre ha sido pero al mismo tiempo es algo completamente nuevo.
El judaísmo en su totalidad es un conjunto de prácticas y creencias que han sido las mismas de siempre y al mismo tiempo son algo completamente nuevo.
El mismo desafío que tenemos en forma individual es exactamente el mismo que tenemos como pueblo. Uno puede despertar mañana y seguir siendo exactamente la misma persona que es hoy…pero que desperdicio de vida!
Del mismo modo que todo el pueblo judío tuvo que re-inventarse una y otra vez, cada uno de nosotros tenemos la posibilidad de re-inventarnos a cada instante. Y paradójicamente al cambiar no vamos en contra de la tradición sino que -del mismo modo que hicieron los judíos cuando se quedaron sin el Templo- al cambiar estamos siendo lo más fieles posibles a lo que siempre fuimos y aquello que llamamos tradición. Porque tradición no significa «aquello que no cambia». Por el contrario, «cambiar para ajustarte a las nuevas situaciones» es aquello que nos enseñaron los Rabinos que se quedaron sin el Templo. Es lo que deberíamos enseñarle a nuestros hijos. No vivas mi tradicion. Vivi la tuya.
La tradición no es algo estancado que no cambia y esta muerto clavado en un papel. Es algo activo que respira y está vivo. Y aquello que esta vivo y activo está constantemente cambiando, mutando y transformándose a cada segundo. Como nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestra vida.
Esto es la tradición judía: continuidad y cambio en forma simultánea. Ambas cosas no son antagónicas. Acontecen en el mismo instante.
Comprender esto es asumir conscientemente que la palabra de Dios es la misma de siempre pero es entendida de formas diferentes de acuerdo al lugar y el momento histórico de aquel o aquella que la está interpretando.
La tradición mantuvo viva a la tradición.
Y la tradición es el resultado de dos procesos: continuidad y cambio.
Gracias Diego muy interesantes los articulos que recibo en el mail.
Shalom.
De nada Fabian!
Me alegro que te gusten!
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Saludos
Hola Diego!!!…excelente y de gran ayuda este artículo,,…como le dirían a Ceci Bartoli–espero la conozcas,,es una gran mezzosoprano de coloratura—-BRAVISSIMO!!!
Como sos varon,,alguno de los Rabinos en medio a los cuales vivo,,//no recuerdo quien//me dijo que los varones no pueden escuchar cantar a una mujer¿¿es éso cierto???……Ahhh!!!ahora recuerdo,,,uno de Lubavitch.—
El moreh Chelger de Halel.org,,a quien le mande uno de tus artículos con la expresa instruccion de que lea,,,,!!!TODOS!!!…..me escribio post Havdalá y me pregunto porque no escribes mas de Hashem….yo le respondi que si escribes,,que investigue mas articulos tuyos y despues recién escriba en el Libro de Quejas,si eso era una queja.,,jajajajaja.-Ahora seguire con «Que escribio Moises y cuando lo hizo»…etcetc.-Hoy,en pleno Shabbat una amiga china me invito a Beijing y Shangai para proximo abril…Gran Casualidad.-Que estes bien y respondeme alguna pregunta que te hice acerca de Jesus.—-Merci!!!beatriz.-
¡Hola Beatriz! Gracias por tus comentarios. ¿Cuál es la pregunta acerca de Jesús?
Saludos
Muy hermoso Diego y nutritivo, una buena perspectiva y muy moderna.
Gracias Shaul!
Buenas tardes. mire la verdad me parece valioso este articulo, le cuento no soy judía, los respeto como el pueblo que directamente EL SEÑOR, los formo de un hombre muy especial Abraham.