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No es una casualidad que haya elegido presentarles a Abraham Heschel luego de habernos dedicado a Mordejai Kaplan en la publicación anterior. De hecho y aunque pueda sorprenderlos ambos enseñaron en la misma institución por un período de tiempo a pesar de que como Uds. podrán apreciar en breve, estamos hablando de dos pensadores diametralmente opuestos.
Kaplan enseño en el JTSA en New York y tuvo un impacto muy importante, como mencionamos en nuestra publicación anterior, entre los rabinos Conservadores y el movimiento Conservador en general.
Luego apareció Heschel en el escenario norteamericano recién llegado de Europa Oriental a los Estados Unidos y enseñó primero en HUC del movimiento Reformista y luego se asentó también en el JTSA, la misma institución en la que enseñaba Kaplan, donde Heschel enseño por muchos años.
Es muy interesante ver como el Judaísmo Conservador pudo apropiar e incluir entre sus facciones dos individuos con un trasfondo e ideales totalmente diferentes. En mi opinión personal esto nos sugiere no tanto una debilidad sino una fortaleza por parte del movimiento Conservador Judío.
Comienzos e influecias tempranas en la vida de Heschel
Vamos a intentar presentar ahora Abraham Heschel de tal manera que pueda ofrecernos otra nueva forma de ver la tradición judía en la modernidad tanto en Europa, donde comenzó su carrera, como en los Estados Unidos donde terminó dicha carrera.
Heschel nació en Polonia y fue educado de niño como un judío ortodoxo en el molde jasídico. De adolescente se mudó a Alemania donde continuó sus estudio y realizó su doctorado identificándose con la “filosofía del idealismo alemán”. Finalmente se instaló en Estados Unidos donde volvió a transformarse nuevamente en un nuevo tipo de judío que logra encajar y realmente revolucionar la cultura judía norteamericana.
Con Heschel tenemos a un hombre que si bien está claramente influenciado por los pensadores modernos que lo antecedieron (en especial Buber, Rosenzweig y la tradición idealista alemana) al mismo tiempo es realmente único debido a su exposición al judaísmo de Europa Oriental (el judaísmo que se practicaba en Rusia, Polonia, Lituania, etc.) articulado a través del jasidismo, el misticismo y la cabalá. Es notable como toda esta mezcla entre razón y mística impacta e influencia su propia actividad teológica.
Comencemos comprendiendo su estilo de vida como judío viviendo en Europa Oriental para ir comprendiendo su camino hasta su llegada a los Estados Unidos.
Mencioné las influencias jasidicas y místicas en Heschel pero no podemos ignorar que estamos lidiando con un pensador que crece envuelto a su vez en las ideologías Sionistas y Socialistas de 1930 en Europa Oriental.
Considerar este trasfondo puede ofrecer una forma inusual y diferente de presentarles a Heschel pero no puedo dejar de sentirme atraído por algunos de sus primeros escritos. Particularmente sus poesías que tendrán un impacto muy importante en su teología.
Cuando leemos a Heschel claramente leemos a un teólogo que se encuentra lo más cercano posible de un poeta. Heschel es realmente un excelente escritor que escribe teología con una prosa espectacular que realmente entusiasma a muchos de sus seguidores.
Al mismo tiempo como ya mencionamos, Heschel también escribió poesías.
Heschel y la poesía como recurso teológico
Heschel escribió un libro de poesías en 1949 en su lengua materna que era el yiddish titulado “La Tierra es del Señor: el mundo interno de un judío de Europa Oriental”. Este libro está dedicado a su recuerdo de lo que fue crecer en la comunidad judía de Europa Oriental. Inicialmente este libro había sido escrito en yiddish para una audiencia que leía y hablaba el yiddish. Si recuerdan nuestra publicación sobre el Judaísmo y el Socialismo mencionamos que el yiddish era la lengua que usaban en el Bund (literalmente Unión o Gremio). El yiddish era el idioma preferido de los judíos Socialistas en oposición al Hebreo que era la lengua que habían adoptado los Sionistas. Es decir que originalmente el libro esta dirigido a un publico yiddish secular. De hecho el libro original escrito en yiddish es muy secular evocando memorias del pasado.
El libro nos cuenta sobre las instituciones y la comunidad judía de Europa Oriental y trata de subrayar especialmente la pérdida enorme que ha sufrido el judaísmo mundial ahora que debe aceptar un tipo de liderazgo que esta basado en una cultura norteamericana que es completamente distinta a la que ha dominado la historia judía hasta el siglo XX enfocada en Europa.
La importancia de este libro de poesías de Heschel anticipa claramente el tipo de pensador y judío que Heschel es. Educado al igual que Buber y Rosenzweig en el mundo del idealismo alemán hay una dimensión totalmente diferente en este pensador que esta semi-oculta hasta que Heschel comienza su carrera en el JTSA .
Con Heschel tenemos una persona que representa la tradición judía: es un académico del pensamiento judío, del misticismo judío y de la Biblia. Pero al mismo tiempo es un judío observante y practicante de mitzvot. Con su larga barba y su forma de entender la tradición judía realmente deja una marca enorme en toda una generación de rabinos Conservadores que todavía se siente hasta el día de hoy.
Pero lo que es particularmente sorprendente de Heschel son sus libros donde leemos a una especie de alma poética mezclada con academicismo. Con Heschel tenemos un judío místico totalmente diferente a los pensadores judíos modernos que hemos analizado hasta ahora. Tal vez lo mas parecido a Heschel es Franz Rosenzweig quien también escribe en un tono místico y estaba influenciado por el misticismo si bien sigue siendo un pensador profundamente racional.
Pero en Heschel este aspecto místico en relación a su aspecto racional esta potenciado mucho más que en los demás pensadores. Así y todo Heschel se gana un lugar muy grande en un mundo que, como vimos en nuestra publicación anterior, ya era totalmente racionalista. Heschel escribe en un lenguaje que es notablemente diferente al modo que Kaplan escribe.
Cuando uno lee a Kaplan uno lee a un racionalista, un pragmático, un filósofo. Con Kaplan leemos argumentos: primero esto, segundo lo otro, tercero aquello, etc.
Pero cuando uno lee a Heschel el mismo esta tratando de evocar un estado emocional en el lector. Al leer a Heschel uno entra en un estado de piedad, pasión y respeto por las generaciones pasadas. Realmente a uno le sucede algo diferente cuando lee a este pensador y es eso lo que lo separa de los demás pensadores.
En otras palabras, con Heschel estamos hablando de un judío místico que nos habla pasionalmente del judaísmo y su tradición. Heschel conmueve al judío no ortodoxo celebrando y entendiendo el judaísmo de tal manera que no resulta una “amenaza” o algo tan irracional que uno se avergüenza de lo que cree, a pesar de ser él mismo un judío mucho mas Ortodoxo que Conservador. Heschel puede claramente explicarnos y hacernos sentir que somos judíos tradicionales a pesar de estar viviendo rodeados de un nuevo mundo que es completamente diferente al de los judíos que vivían en el shtetl (literalmente “pequeña ciudad”) de Europa Oriental.
Realmente debo sincerarme en decir que lo que me fascina de Heschel es la dificultad que uno tiene para encasillarlo en los movimientos o corrientes que hemos analizado hasta ahora. Heschel nos contradice puesto que tiene una mezcla en que acepta lo que para algunos podrían ser ideas contradictorias. De alguna manera Heschel representa una especie de síntesis entre el judaísmo Conservador, Ortodoxo y hasta el Reformista.
Heschel y el activismo social
Y digo esto porque hay un aspecto más de Heschel que nos deja más perplejos y fascinados por su persona. Tal vez uno imagina que un místico y académico como él que observa la Ley Judía debería ser un judío cerrado en su cerebro, su propio mundo judío y solo se relaciona con semejantes a él en las cuatro paredes del Seminario en el que enseña.
Pero por el contrario Heschel es reconocido en la historia judía como uno de los más famosos “activistas sociales”. Es famoso por apoyar los Derechos Humanos, su oposición a la Guerra de Vietnam y su pelea a favor de los judíos en Rusia. Para Heschel no existía una distinción entre causas sociales y causas que afectaban particularmente al pueblo judío.
Lo que resulta fascinante con Heschel es que nos referimos a un hombre que transciende su ser judío más allá de un Seminario o la comunidad judía. Ser judío para Heschel significa también marchar junto a Martin Luther King y de hecho para Heschel uno no debe ser el rabino de una comunidad sino el rabino de una sociedad. Heschel nos enseña que un rabino debe salir de la institución judía y hablarle a la conciencia religiosa de todo un país.
Es importante destacar que anterior a Heschel el activismo social judío pertenecía exclusivamente al Judaísmo Reformista. Mencionamos en nuestra publicación sobre el judaísmo Reformista que el primer Centro de Acción Social en los Estados Unidos es aquel creado en Washington por los judíos Reformistas. Mencionamos también que los Judíos Reformistas son los que lideran como judíos generalmente las causas sociales mundiales y están preocupados por las nociones de separación de Iglesia y Estado, las causas humanísticas, etc.
Pero aquí tenemos a Heschel que nos confronta y nos contradice declarando que no hace falta ser un judío Reformista para ser un liberal que también esta preocupado por la moral y la ética del país en el que uno vive. Uno puede ser un rabino y andar con la kippa, la barba larga y al mismo tiempo tocar el corazón, el alma de los ciudadanos del país en el que vive y estar preocupado por los derechos humanos. Esta noción que comienza con los Reformistas se incorpora a los Conservadores con Heschel y finalmente en forma inesperada se irá lentamente esparciendo incluso hacía el judaísmo ortodoxo.
Activismo social en el judaísmo ortodoxo
Haciendo un breve paréntesis, podemos hasta ver que este ideal llegará ni mas ni menos que a Jabad Luvabitch donde con la asunción de un nuevo Rebbe a su dinastía (Menachen Mendel Schneerson) Jabad sufrirá una transformación en su teología y su misión comenzando a crear centros de ayuda social y abriendo el judaísmo en forma pública (manifestándose abiertamente en plazas públicas) y demostrando que este grupo está preocupados por el bien de una sociedad y el país en que viven y no solamente de un grupo particular como ser los judíos.
Esto con el último Rebbe se convierte de hecho en una de las misiones centrales de este tipo de jasidismo que cree que a través de acciones de este calibre y la practica de mitzvot se acelera la llegada del Mesías. Es importante también entender que Jabad mismo como un tipo de jasidut (jasidismo) particular entre todos los que existen se irá también transformando más y más hasta nuestros días. No debemos olvidar que Jabad y el jasidismo judío comienza también en la modernidad siendo un movimiento radical y revolucionario en el judaísmo del año 1700 (una especie de Reformismo Ortodoxo que es rechazado por los mitnagdim -opositores intelectuales- quienes se oponían a todos los cambios irracionales que los jasídicos y luvabitchers estaban realizando) y finalmente y paradójicamente esa revolución jasidica termina convirtiéndose en una de las facciones de la mas ultra-ortodoxia judía de la modernidad.
Heschel, el judío ideal moderno
Pero volviendo a Heschel recuerden lo que hablamos cuando analizamos a Leo Baeck. Si recuerdan la noción de “Mística & Mandamiento”, de estar comprometidos con ambas formas de ser judíos, era el paradigma ideal judío para Baeck. Para Baeck Iosef Caro, a quien mencionamos en nuestra publicación sobre “El Impacto de la Imprenta en el Judaísmo”, representaba el emblema de ese tipo de judío ideal. Un judío que era un legalista y a la vez un místico. Iosef Caro era un Rabino que había escrito el compendió mas importante de Ley Judía de la Modernidad y a la vez un libro sobre un ángel que lo visitaba de noche y le susurraba al oído. En nuestras mentes racionales ese sujeto sonaría como un ser contradictorio. Imaginen una especie de abogado que a la vez es un místico todo en la misma persona. Eso era Iosef Caro y para Baeck eso no era un judío atípico sino el judío que todos debían ser. En ese balance entre Misterio y Mandamiento que Baeck anhela Heschel es un representante ideal: un judío comprometido con la Ley Judía que adora el misticismo.
En síntesis con Heschel hablamos de un judío que (a) esta comprometido con la acción social, es decir el compromiso cívico por los derechos humanos, (b) al mismo tiempo es un académico judío que puede leer la Tora y la Biblia contemplando el academicismo siendo sensible a aspectos históricos, antropológicos y filológicos en el texto y hasta puede (c) delirarse en el aspecto más místico de la Cabalá mientras es observante de los 613 mandamientos de la Ley Judía (por supuesto que en forma metafórica ya que como Uds. saben es imposible cumplir con los 613 Mandamientos ya que algunos de ellos no pueden ser realizados porque ya no existe la figura del Cohen Gadol, ni el Rey, ni está el Templo en pie, entre otras cosas).
Tal vez para muchos sea esto el ideal judío en la modernidad. Un judío que ha atravesado las fronteras entre el mundo académico y el mundo rabínico. Un judío que puede practicar mitzvot mientras hace una lectura tradicional judía y a la vez expone el texto al academicismo moderno. A la vez todo esto representa la esencia de ser un judío cruzando las fronteras entre lo judío particular y lo humano en forma universal. Heschel es de alguna manera un representante de este tipo de ideal judío que encontró tantos seguidores.
Pero lo que quiero argumentar es que esto nace en Heschel debido al componente norteamericano y su experiencia de vivir en Estados Unidos. Heschel ya no es más aquel judío que vive aislado en una pequeña ciudad perdida en Polonia sino que con los ideales norteamericanos debemos ahora salir de nuestra existencia tipo “ghetto” y mezclarnos e influenciar socialmente a la cultura general ya que inevitablemente, para finales del siglo XX, somos seres ya totalmente modernos, universales en muchos aspectos, “globalizados”, valemos monetariamente de acuerdo a la oferta y demanda de lo que hacemos y la política del país en que vivimos nos afecta nos guste o no.
Con Heschel tenemos uno de los primeros representantes judíos que se dirige al pueblo norteamericano y les dice “estoy preocupado por las limitaciones morales de este país y no solo de mi propia comunidad. Juntemonos para transformar esta sociedad juntos por el bien de todos los seres humanos”.
Todo esto representa el tipo único y particular de judío que Heschel es y por eso comprendemos el impacto enorme que tendrá su figura.
El Dios de Heschel
Concentrémonos ahora en la Teología de Heschel.
Utilizando nuestra famosa tríada de Dios, Tora e Israel comenzaremos tratando de comprender o mejor dicho “no comprender” cómo entiende Heschel a Dios.
¿A qué me refiero con esto de “no comprender” a Dios?
Al igual que Buber y Rosenzweig Heschel no nos habla sobre “conocer” a Dios sino de “experimentar” a Dios. Para Heschel Dios esta más allá de la comprensión de la mente. Dios es inefable. Dios para Heschel es una “certeza” que sabemos sin conocimiento. Una realidad que esta más allá de aquello que podemos nombrar.
Para Heschel la revelación más importante de la vida es cuando experimentamos momentos que no podemos explicar o reducir a palabras. Instantes que usando nuestro reducido vocabulario de palabras llamamos “asombro, miedo, amor, reverencia, fascinación, universo, seres humanos, energía, etc”.
Cuando nos sentimos sobrepasados por todas esas cosas que podemos sentir pero no podemos filtrar por nuestra mente, verbalizar, explicar, poner en palabras o comprender estamos sintiendo según Heschel la presencia de Dios. Esos momentos en que descubrimos lo desconocido, nos apasionamos por lo incierto y abrazamos lo inexplicable de nuestra vida son los momentos de mayor plenitud y cercanía a Dios según Heschel. Todos sabemos que cuanto más tratamos de definir el Amor como sensación menos podemos hacerlo. Simplemente esta ahí. Lo sentimos.
Es un desafío definir todo esto pero de alguna manera es el mundo al que Heschel nos transporta en sus libros y en su definición de Dios. Este de hecho es el modo que Heschel escribe. Para muchos de los seguidores de Heschel este tipo de literatura, prosa y el modo en que él escribe los fascina, los atrapa y los transporta. Para otra gente Heschel es demasiado metafórico.
Este Dios que describe Heschel es una definición que no es definición. La definición de Dios justamente para Heschel es que no puede ser definido. Para Heschel la idea de Dios y el judaísmo no puede explicarse a menos que uno este “metido dentro” y así se evita ver a Dios y al judaísmo “desde afuera” como si fuera algo que uno esta disecando.
Pero lo complejo en el mundo de Heschel es que a pesar que las palabras imponen un límite y no alcanzan para explicar lo inexplicable, según Heschel debemos hacer el esfuerzo más grande que podamos para convenir y compartir esta experiencia utilizando palabras porque es en el fondo lo que tenemos como herramienta. Nosotros pensamos en palabras. El lenguaje se antepone al pensamiento. Y por eso es muy importante entender el poder y fuerza que tienen las palabras no solo para nuestra vida sino para la construcción de nuestras ideas. Las palabras combinadas se convierten en oraciones y esas oraciones en ideas. Las ideas son lo que tenemos como especie para compartir justamente nuestras ideas.
Y por lo tanto como el lenguaje es limitado en su esencia Heschel no utiliza las palabras para desarrollar argumentos descriptivos ni ideas (del modo que Kaplan lo hace) sino que usa las palabras para crear “emociones”, “poesías”, “experiencias y sentimientos” que nos llevan a aquello inexplicable que todos sentimos pero nadie puede explicar.
La revelación, la Tora y las mitzvot en Heschel
Pero el aspecto más fascinante de la Teología de Heschel no es tanto su descripción de Dios puesto que esta idea podemos remontarla incluso a Maimonides en la idea que de hecho no hay nada en palabras que podamos decir sobre Dios sino que lo interesante es su descripción sobre la Tora y específicamente cómo Dios revela su enseñanza y sus mandamientos al pueblo judío.
Así que ahora veremos qué nos dice Heschel sobre la segunda categoría de nuestra tríada que es Tora entendida como texto y como manual que guía al pueblo judío y sus prácticas, es decir las mitzvot, preceptos o mandamientos.
Al igual que Rosenzweig quien se enfoca principalmente en la revelación, este tema en nuestra tríada “Dios, Tora e Israel” se convierte en algo principal para Heschel.
¿Cómo entiende Heschel la revelación de Dios?
En un libro que escribe titulado “Los Profetas” Heschel intenta describir qué sucede cuando Dios se dirige a los profetas y como ellos responden a Dios. Heschel intenta describir el fenómeno de la profecía para intentar comprender cómo Dios se comunicó con los profetas (ya que tenemos escrito los libros mismos de los profetas dándonos sus experiencias). Para Heschel intentando comprender esa forma de comunicación y cómo ocurre ese fenómeno podremos recrear esa experiencia en nuestras vidas hoy. Para Heschel así podremos entender cómo es que Dios se “comunica” con nosotros también.
El hombre afecta a Dios
Lo revolucionario es que para Heschel Dios se ve afectado por la conducta y la fe de los seres humanos. Y esta idea es muy importante de comprender ya que para Heschel lo que hacen los humanos no solo afecta su propia vida sino que afecta “la vida de Dios”.
Heschel llama esta idea en otro libro “Dios en la búsqueda del hombre”. Esta idea trata de demostrarnos que no solo los humanos se inspiran en la Biblia y los profetas sino que existe al mismo tiempo otra dimensión que Heschel toma del misticismo y la Cabalá y que intenta argumentar que Dios mismo se inspira en las acciones humanas.
Permitanme expandir esta idea.
En el misticismo judío y en la Cabalá hay una preocupación principal sobre por qué el místico cumple con los mandamientos o mitzvot. El místico no lo hace solamente porque lo hace sentir mejor ya que esta cumpliendo aquello que Dios ordenó sino que lo hace por Dios mismo ya que Dios, para esta visión, necesita la actividad humana. Esto presenta una especie de sinergía entre Dios y el ser humano. Esto significa que al hacer los mandamientos o mitzvot no solo me siento mejor cumpliendo con mi deber como judío sino que al mismo tiempo aumento el poder de Dios y lo “hago sentir bien” a Dios también.
Para esta idea a Dios le “falta” algo. Por supuesto que esta es una idea terriblemente arrogante ya que la noción que Dios es imperfecto y necesita de los seres humanos contradice la idea que Dios es perfecto y completo según la tradición judía.
Pero esta falta de perfección que Heschel esta trayendo es utilizada para darle sentido al sentimiento de pacto entre Dios y el pueblo judío: al cumplir el hombre con lo que Dios ordenó el hombre se fortalece a si mismo y fortalece a Dios, la Tora e Israel. Es un pacto basado en una relación que va y viene entre el pueblo judío y Dios en forma de pacto en el cual uno le da algo a Dios y Dios nos da otra cosa en retorno.
“Dios en la búsqueda del hombre” implica que Dios necesita que el hombre cumpla con lo que se comprometió en el pacto para satisfacer aquello que Dios necesita.
Esta noción de este tipo relación con Dios es para Heschel lo que el hombre debe sostener. Al describir la revelación de Dios de este modo Heschel tiene la esperanza de revitalizar la idea tradicional de Dios y recapturar el corazón de los judíos de la contemporaneidad encontrando ese equilibrio entre lo explicable y lo inexplicable de ser judío en el siglo XX.
Por lo tanto Heschel nos dice que cuando uno cumple con los mandamientos uno entra en un mundo que tiene sentido no solo para uno mismo sino que uno esta haciendo algo que tiene sentido para Dios. Dios se ve afectado y responde a esta relación que está viva y es dinámica. No esta muerta. No es la Ley de la letra muerta del papel sino que es algo que es dinámico y es conmovedor y afecta a quienes deciden participar de esta relación.
Es más importante quién lee la Tora que la Tora misma
Tal vez podríamos decir que en Heschel encontramos mucho más que simplemente una aproximación tradicional judía. ¿Es Heschel un judío tradicional? Heschel se siente muy cómodo en el mundo Conservador y me atrevo a argumentar que el motivo por el cual se siente mas cercano a los Conservadores no es tan solo por su placer por el academicismo sino justamente por su entendimiento de la revelación y lo que la Tora como texto revelado significa.
Para Heschel el significado de la Tora no fue develado de una sola vez para siempre sino que cada hora que pasa un nuevo aspecto, una nueva intuición y una nueva revelación acontece. El texto fue entregado una sola vez pero el esfuerzo para comprenderlo debe seguir adelante para siempre ya que la Tora es una invitación hacia la percepción. Hacia una comprensión continúa. Para Heschel la autoridad no es la palabra que aparece escrita en el texto sino la comprensión por parte del pueblo de Israel de lo que esa palabra significa.
Y esta última idea es claramente una idea y teología Conservadora que creo yo cualquier Rabino Conservador estaría de acuerdo. Zejarias Frankel seguramente hubiese estado de acuerdo con esta definición de Heschel sugiriendo que de hecho lo que el pueblo de Israel entiende de ese texto en cada generación es tan o más importante que aquello que un rabino medieval o antiguo entendió en su propio tiempo. Esto no significa que no importa lo que nuestros ancentros judíos entendieron cuando leían la Tora en el pasado. El judío siempre lee la Tora leyendo lo que otros han entendido e interpretado antes que él y de hecho así debería ser porque esa es la tradición. Pero Heschel nos aclara que el judío busca en la Tora algo que le sea significativo hoy. Si recuerdan la importancia de la “totalidad del pueblo” que vimos en nuestra publicación sobre el judaísmo Conservador ese es el criterio esencial que determina la Ley y lo que el pueblo judío hace para los Conservadores.
Y por lo tanto para Heschel debemos ver la Biblia como algo que fue ordenado por Dios y nunca puede ser cambiado pero Heschel nos sugiere que es el interpretante, es decir aquel que interpreta con su propio bagaje histórico, su propio esquema de referencia, prejuicio y expectativa es finalmente más importante que el texto en si mismo. La pregunta crucial es cómo vemos o leemos de acuerdo a nuestras propias experiencias de vida. Nuevamente este es el gran descubrimiento de Spinoza que nos hace conscientes que nunca más podremos tener una lectura objetiva sino subjetiva de un texto que leemos de acuerdo a nuestras propias experiencias de vida.
Pero debo destacar que no podemos empujar esta idea mucho más dentro de Heschel ya que de hacerlo sería demasiado y estaríamos forzando algo que el no enfatiza. Heschel sigue siendo en sus entrañas un judío ortodoxo y tradicional con respecto a la Tora y la observancia de mitzvot. Heschel esta comprometido con la practica de todas las mitzvot del judaísmo y por lo tanto sugerir que es algo más que eso es leerlo en forma incorrecta.
Pero Heschel a pesar de ser un judío observante de mitzvot no disfruta escribiendo textos legales sino místicos. Para entender aún mejor esto basta con solo leer su libro “El Shabbat”. En ese libro Heschel evoca la belleza, la riqueza, la textura de lo que significa parar de trabajar en el séptimo día y relajarse y ser espiritual reflexionando en la vida de uno a través de la semana que pasó. En este sentido Heschel no escribe sobre qué debemos hacer y qué no debemos hacer en Shabbat sino que simplemente esta evocando un estado emocional. Ese estado emocional es lo que más le preocupa a Heschel y no específicamente lo que podemos y no podemos hacer o cuál es el mecanismo de cambio en el judaísmo o qué significa Dios, etc. sino que aquí Heschel se nos presenta como un poeta del judaísmo que nos permite entender cómo entiende él lo que ser judío significa y hace eso para sensibilizarnos a cumplir con las prácticas judías.
Israel para Heschel
Con respecto al tercer elemento de nuestra tríada que es Israel podemos argumentar que Heschel parece transcender la particularidad judía de ser un pueblo elegido y la lleva y transporta a la sociedad universal como un todo.
Pero un último aspecto vale la pena mencionar sobre Heschel antes de cerrar esta publicación y eso esta relacionado con el hecho que para Heschel el judaísmo surge de una experiencia reveladora y es un religión relacionada con el tiempo más que con el espacio. En este aspecto quiero comparar a Heschel con Rosenzweig. Si lo recuerdan Rosenzweig a diferencia de Buber no era un Sionista y claramente entendió el judaísmo como una experiencia “diaspórica” que se articulaba a través del tiempo.
Lo que mantenía a los judíos a pesar de las distancias de espacio era la celebración de las Leyes Judías y las festividades. Podríamos llegar a decir que en este aspecto Heschel opina como Rosenzweig excepto que nos deja, en uno de sus últimos libros, con una visión diferente sobre el Sionismo e Israel. Y nuevamente este es el motivo por el cual vemos como Heschel rompe todas las fórmulas en las cuales buscamos muchas veces encerrarlo.
En su libro “Israel, un eco de la eternidad” escrito como resultado de la guerra de los seis días en Israel en 1967 Heschel despliega una pasión extraordinaria por la tierra de Israel. Para Heschel la tierra de Israel es importante en la conciencia judía pero nuevamente Heschel trata de poner esto en un primer plano en el mismo sentido retórico en que ha expresado la pasión por el Shabbat en su libro y escribe sobre la “mística” que posee la tierra de Israel.
Conclusión
Para concluir podemos decir que si bien la Tierra de Israel tiene un lugar muy pequeño en la totalidad de su obra lo que resulta maravilloso de este “viejo-nuevo” pensador que llega desde la Europa del pasado y articula su judaísmo en el presente norteamericano es su preocupación por cómo el judío moderno puede entender y aceptar la Ley revelada de Dios. Cómo puede el judío moderno hacer de la Ley Judía el centro de su actividad como judío y como ser humano encontrando en ella un mensaje de espiritualidad mucho más que de rigurosidad por la Ley.
Esta es en definitiva la preocupación de Heschel y a través de sus largos años de enseñanza este es el mensaje que legará para el corazón y el alma del judaísmo en el siglo XX.
Apreciable Diego,
he leído con gran interés y provecho tu artículo sobre Heschel, a quien leo desde hace muchos años con gusto y provecho. Es muy esclarecedor. Soy mexicano, católico y profesor de filosofía. Me interesa mucho el pensamiento judío y el diálogo entre cristianos y judíos. Enhorabuena.
Hola Luis,
Gracias por tu comentario. Me alegro te haya gustado esta publicación y me alegra aún más saber que estás leyendo a Heschel. Es uno de los grandes teólogos judíos. Qué bueno que estemos en contacto por este medio. No dudes en escribirme. Cualquiera cosa que pueda ayudarte y en la medida de mis capacidades contá con mi ayuda.
Saludos
Muchas gracias. Leer a Heschel es un deleite, no sólo por las palabras en sí, sino que también por la armonía,consecuencia entre su expresión y sus acciones; eso es demasiado notable, como bien usted expresó moldes y cánones haciendo de él un representante genuino de la esencia del judaísmo: la muestra de piedad y misericordia como brazo armado del amor (esencia del Señor).
Muy agradecida.
Gracias Cecilia.
Me alegro que disfrutes a Heschel. Lo bueno es que hay bastante material de él traducido al español. Fue realmente un teólogo trascendetal para la historia judía y la historia en general.
Saludos,
Diego
Diego gracias por este material de Heschel me gusta y es para mi una gran fuente de informacion donde puedo entender que Dios esta en esa dimensión de eternidad y que entre tanto yo este aquí en el tiempo no podre encasillarlo dentro de mi mente finita pero me parece fascinante desde mi condición de hombre pensar en EL
De nada Pablo.
Heschel es uno de mis pensadores favoritos y uno de los más destacados teólogos del siglo XX.
También ha sido desde que lo conocí una fuente de inspiración.
SALUDOS
Hola Diego … aquí vamos, cada día mas cerca de mi Beit Din. De qué colección son estas publicaciones ? Es que no las encuentro dentro de los audios de Judaísmo Moderno … No se si estoy equivocado o buscando mal. En todo caso, se pueden «bajar» estos audios ?
Jose Pablo Fernández ( Costa Rica )